De acuerdo con la declaración del viudo, eligieron el restaurante del Walt Disney World Resort, debido a que anunciaba “el alojamiento de personas con alergias alimentarias” como una “máxima prioridad”.
Por lo tanto, la pareja advirtió al personal que tuviera cuidado con la preparación de los alimentos, evitando lácteos y nueces, porque la mujer era alérgica a estos productos. Sin embargo, hicieron caso omiso a su petición y ella presentó una reacción grave. Según el médico forense que la revisó, Tangsuan falleció «como resultado de una anafilaxia debido a niveles elevados de lácteos y nueces en su sistema».
El señor Piccolo inició un proceso contra la empresa por 50,000 dólares, pero la compañía argumentó que no podía ser demandada, pues en 2019 contrataron la versión de prueba de Disney+ de un mes, donde aceptaron una cláusula que refiere que cualquier disputa en su contra debía ser resuelta vía arbitraje.
Según los términos de uso del servicio de streaming, “cualquier disputa entre usted y nosotros, excepto las reclamaciones de menor cuantía, está sujeta a una exención de demanda colectiva y debe resolverse mediante arbitraje individual vinculante”.
Para la empresa dicha disposición resulta bastante conveniente, pues significa que los casos en su contra no pueden ser resueltos en una corte frente a un jurado, sino que debe intervenir un tercero ajeno a ambas partes.
Este tipo de procesos pueden ser adecuados en algunos casos, pero también conllevan riesgos importantes, de acuerdo con la Asociación Nacional de Defensores del Consumidor de Estados Unidos, pues “los árbitros no están obligados a tener en cuenta la ley y los precedentes legales”, además de que no se puede apelar su determinación.
En un inicio, según un reporte de Reuters, Disney no mencionó el arbitraje cuando abordó el caso por primera vez en el mes de abril, pues intentó deslindarse del proceso bajo el argumento de que sólo era propietario del restaurante, pero no era responsable de sus operaciones.