La relocalización de empresas, también conocida como nearshoring, se ha erigido como una oportunidad económica para México, gracias a que compañías de diversas industrias buscan asentar sus inversiones en territorio nacional para agilizar su producción y suministro a Estados Unidos.
El directivo recordó que actualmente el 80% de la inversión del país se compone del sector público-privado, derivada de una relación comercial de interés común con Estados Unidos y Canadá.
“Estos socios son la clave para acelerar el desarrollo. Con unidad nacional y con Estado de Derecho estas dinámicas tienen un potencial enorme para generar un crecimiento fuerte y sostenido, generar más empleos, eliminar la pobreza extrema y posicionar a nuestro país en un lugar privilegiado en la economía global”, aseguró Slim Domit en el marco del evento El Nuevo México Siglo XXI de Telmex y Telcel.
La declaración del directivo se enmarca en un contexto en donde la reforma Judicial, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador y aún en discusión para su aprobación, ha despertado incertidumbre entre los inversionistas.
La reforma propone una reestructuración completa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con la elección de nuevos ministros en 2025 y la sustitución gradual de jueces y magistrados. Pero estos cambios podrían restar certeza jurídica a largo plazo e incluso traer problemas en el Tratado comercial del T-MEC.
Slim Domit recordó que durante 49 años, de 1933 a 1981, México creció al 6.2% anual, pero esto no pasó en las cuatro décadas posteriores, de 1982 a 2024. «Pero si al menos la nación hubiera crecido al 4.9%, el ingreso por persona seria de 45,670 dólares, 3.5 veces mayor a los 12,900 actuales». Por ello enfatizó la necesidad de generar las condiciones necesarias para la atracción de inversiones que ayuden a impulsar la economía del país.