“Si la década de 2020 es la década de la inteligencia, la de 2030 será la década cuántica”, señaló Brian Comiskey, director sr de innovación y tendencias de la CTA, quien también dijo que mucho de este desarrollo está relacionado con el hardware especializado que se ha ido creando en los últimos años.
Sin embargo, la reciente promesa del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de 25% a productos provenientes de México y Canadá, y del 10% a los de China, ha generado preocupación en diversos sectores económicos, incluyendo la industria tecnológica.
El gigante asiático es un proveedor clave de productos electrónicos para Estados Unidos, por lo que las políticas arancelarias y las tensiones comerciales actuales podrían influir significativamente en el volumen y las condiciones de estas importaciones en el futuro cercano y en lo que se estima puedan crecer industrias como la de cómputo cuántico, que requieren de infraestructura muy especializada.
El cómputo cuántico requiere materiales superconductores, semiconductores especializados y materiales para la construcción de qubits, muchos de los cuales provienen de cadenas de suministro chinas. Además, para operar qubits superconductores, se necesitan sistemas de enfriamiento que puedan alcanzar temperaturas extremadamente bajas. China es uno de los principales fabricantes de equipos criogénicos.
Datos de Statista señalan que en 2024 se tuvieron ventas mundiales de semiconductores superiores a los 600,000 millones de dólares estadounidenses, un salto con respecto al año anterior, ya que la industria cosecha los frutos de la revolución de la inteligencia artificial (IA) que se extiende por todo el mundo. Pero la mayoría de la infraestructura de este tipo de productos se centra en China, Taiwan y Corea del Sur.